“Señor el amigo a quien tanto quieres está enfermo”. Al oír esto, Jesús dijo: “esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios” (Jn. 11,3-4).

Cuidando el bien de todos

Ante la contingencia mundial ocasionada por la presencia del coronavirus, mejor conocido como COVID-19, se ha despertado en todas las naciones del mundo una alerta con una serie de indicaciones por las autoridades de la salud para no caer en una tragedia mundial: la muerte de muchos seres humanos, por eso es importante seguir dichas indicaciones haciéndonos responsables unos de otros, cuidando el bien de toda la humanidad.

Esta Pandemia, si bien nos ha traído muchos temores e interrogantes, también nos ha traído muchas reflexiones, muchas lecciones: una, todos somos frágiles, débiles, pero nuestra fuerza está en Dios, somos hijos de Dios. Dios cuida de nosotros, es un Padre que nos dice: “no temas, yo estoy contigo, tú vales mucho a mis ojos, eres precioso, eres estimado, y yo te amo” (Cfr. Isaías 43,1-5). 

Obispo de Tepic - Luis Artemio Flores Calzada

    No podemos ser indiferentes

    Todos salimos de las manos de Dios, por eso todos somos hermanos, hijos de Dios, y no podemos permanecer indiferentes ante esta situación; sentimos el dolor de las familias que han perdido un ser querido y pedimos a Dios que los que han muerto gocen de su presencia, y que a las familias les dé fortaleza.

    Los que aun vivimos, es tiempo de hacer un examen de conciencia y, si hemos fallado, es tiempo de volvernos a Dios y pedirle humildemente perdón, sabiendo que, como buen Padre, siempre nos espera con los brazos abiertos para perdonarnos y hacer fiesta. 


    Tiempo de la Palabra de Dios

    Es tiempo de escuchar y meditar la Palabra de Dios. Es tiempo de valorar la familia; muchas veces el ritmo de trabajo nos ha hecho olvidar a los seres queridos, a los hijos, a los padres, a los abuelos; es importante volver a vivir la experiencia de la familia como una comunidad de vida y de amor, donde cada persona se sienta valorado, acogido.

    persona orando en casa con la biblia

      Es tiempo de recordar que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, que nos enseña a amarnos los unos a los otros, a vivir la fraternidad, la solidaridad, la comunión; a construir un mundo nuevo donde habiten el amor, la paz, la justicia. 

      También es tiempo de tener presente que toda autoridad es para servir y para buscar el bien común; no para dominar, crear división o querer prolongarse en el poder. 

      Hoy, más que nunca, tomemos conciencia de que todos los seres humanos estamos para ayudarnos, no para destruirnos. Cuidemos nuestra casa común: la creación.

      Todos juntos pidamos a Dios que nos libre de esta Pandemia del COVID-19, y de la Pandemia de la autodestrucción humana. Hagamos un mundo nuevo, donde habiten el amor, la paz y la justicia.

      +Luis Artemio Flores Calzada

      VIII Obispo de Tepic.