La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II buscaba, entre otras cosas, que los fieles participaran más activamente en la Misa. 

Pero participación activa no significa que se realicen más acciones o que se digan más cosas, como si se tratara de un concierto en el que los músicos piden al público que canten, aplaudan o salten. Ni tampoco significa que cada quien, sea el sacerdote o los fieles, añadan cosas según su creatividad a la liturgia de la Eucaristía.


Como vivir la Misa - imagen de portada para el artículo del mes de Febrero para la revista católica La Senda

    Vivir lo que se celebra

    La participación activa consiste en vivir lo que está sucediendo. Podemos hacer muchas acciones de forma mecánica (contestar o pararse de manera automática), pero eso no es participar. Participar es tomar parte, y para ello es necesario saber qué ocurre. 

    Jesucristo se ofreció al Padre en el Espíritu Santo. Sabemos que históricamente eso ocurrió el día de la preparación de la pascua (Jn 19, 31). Sin embargo, se trata de un acontecimiento singular y que no ha quedado en el pasado. Se trata del único acontecimiento en la historia que no pasa. Podemos estar en ese lugar y en ese momento en cada misa.


    La misa no es un recuerdo de lo acontecido 

    ¡Es estar en lo acontecido! La misa no es la repetición del sacrificio ¡es el mismo sacrificio! En cada misa se rasga el tiempo y el espacio para que podamos asomarnos, contemplar, vivir y unirnos a Jesús en el lugar y en el momento en el que se ofrece al Padre en el Espíritu Santo.  

    Todo lo anterior lo vivimos con los ojos de la fe. Sin embargo, los seres humanos necesitamos percibir con los sentidos. Por ello, la Iglesia ha ritualizado las acciones que realizó el mismo Jesús la víspera de su pasión, cuando instituyó la Eucaristía. Así, a través de sabores, olores, colores, vestidos, palabras y movimientos podemos darnos cuenta de lo que está ocurriendo realmente en cada misa.  

    Sin embargo, por diversas razones, como por ejemplo de tiempo y cultura, no comprendemos muchos de esos signos visibles que se utilizan hoy en la liturgia. No entendemos la razón por la que se realizan ciertas acciones o por las que se dicen ciertas palabras. 

    Es por ello que haremos una serie de escritos que tendrán como objetivo ayudarnos a ir comprendiendo las palabras y los gestos de la Santa Misa. Porque si los comprendemos, podremos vivir mejor cada misa y, además, se evitarán muchos abusos por parte de los fieles como de sacerdotes. 

    Personas orando dentro de una celebración religiosa.

      Puedes conocer las partes de la misa y como vivirlas en nuestra versión impresa. La encontrarás en tu parroquia de la Diócesis de Tepic.