Desde el año 2000, durante la canonización de Santa Faustina, San Juan Pablo II dijo: “es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la Palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua… A partir de ahora, en toda la Iglesia, se designará con el nombre de ‘Domingo de la Divina Misericordia’”.


Valle Dorado

Donde ahora se encuentra el Fraccionamiento Valle Dorado –en el Municipio de Bahía de Banderas, Nayarit– anteriormente eran campos dedicados al cultivo de pastos para la producción de ganado. Y en la actualidad sigue siendo productivo por sus habitantes, ya que día a día salen a laborar en diferentes empresas y servicios públicos.


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    La devoción a la Divina Misericordia

    La devoción al Señor de la Divina Misericordia es fruto de las apariciones de Jesús a la religiosa polaca Faustina Kowalska, de 1931 a 1938.

    Las revelaciones que recibió las escribió la vidente en un diario por indicaciones de su director espiritual. 

    La devoción se centra en la enseñanza de la misericordia de Dios y Su amor infinito por la humanidad. Esa misericordia y ese amor lo pone Nuestro Señor Jesucristo a disposición de todos los hombres, especialmente de los más pecadores.

    San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina en el año 2000, y ese mismo año instituyó la Solemnidad del Domingo de la Divina Misericordia, para que se celebrara cada año el domingo siguiente al Domingo de Resurrección.

    También escribió la encíclica “Dives in Misericordia”, sobre la misericordia divina, en la que anima a los fieles a regresar la mirada al misterio del amor misericordioso de Dios.

    Un fraccionamiento pluricultural

    El desarrollo del fraccionamiento inició entre los años 2002 y 2003 dentro de un crecimiento pluricultural. Esto provocó que los católicos, después de cumplir con sus deberes laborales, buscaran la integridad del culto religioso en la comunidad, y decidieron visitar al padre Eduardo Santana –entonces Cuasipárroco de Jarretaderas– quien a su vez dio respuesta celebrando la Misa los domingos en diferentes lugares de las áreas verdes. Poco a poco la feligresía fue creciendo.

    Al llegar el nuevo Cuasipárroco, el padre Julio Ulloa Macedo, apoyado por sus colaboradores, se dio algo más formal en la pastoral: se inició la catequesis infantil y surgieron algunos grupos que despertaron el deseo de una formación Evangelizadora. Ya para esos días se tenía un lugar permanente para celebrar la Santa Misa.

    Valle Dorado ha recibido gente procedente de diversas partes del país. La mayoría es del centro de la República, de la Ciudad de México, de Guanajuato, de San Luis Potosí y de Guadalajara, y algunos son incluso nativos de la región. Por lo mismo, no hay una identidad definida, porque muchos traen sus tradiciones, cultura y costumbres de los lugares de origen.

    A esta heterogénea comunidad se suman muchos residentes extranjeros, principalmente norteamericanos y canadienses, a quienes se les muestra la fe católica y se han obtenido frutos importantes, ya que el año pasado se bautizaron diez conversos que se iniciaron en el catecumenado, y este año hay en proceso cuatro más.


    El Templo y su Historia

    Valle Dorado cuenta con un templo modernista gracias a la intercesión de una mujer muy católica. Ella es Lorena de Valenzuela, esposa del ingeniero Carlos Federico Valenzuela Cadena, director de la empresa constructora que desarrolló el fraccionamiento más populoso de Bahía de Banderas.

    En lo alto de su fachada tiene una cruz de aproximadamente dos metros, y una más pequeña a ras de suelo, en el pequeño espacio que sirve de atrio hacia la calle. 

    Al ingresar a la nave mayor el espacio se abre al feligrés y al fondo aparece el altar, arriba del cual se destaca un ventanal en acrílico en dos colores, y el blanco dibuja una paloma muy estilizada, significando el Espíritu Santo, que además brinda mayor iluminación a toda la nave.

    Abajo, en el centro del altar, un hermoso cuadro con la imagen del Señor de la Divina Misericordia; al lado derecho un crucifijo y al lado izquierdo un enorme cuadro con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. 

    El 14 de septiembre de 2007 se entregó el templo, estando a cargo de la Diócesis el Señor Obispo Alfonso Humberto Robles Cota (de feliz memoria). Y el 24 de febrero de 2016, el señor Obispo Luis Artemio Flores Calzada la nombra Cuasiparroquia, y al padre José Manuel Esquivel de la Cruz como primer cuasipárroco.


    Comunidad de comunidades

    El padre José Manuel Esquivel reconoce que es un fraccionamiento de los más grandes, tanto en estructura como en población: “tiene un templo muy grande, una plaza también enorme con varios parques, áreas verdes, aparte la población, pues hay más de 10 mil habitantes; la mayoría son trabajadores, pero además hay población flotante”.

    A pesar de los pocos años de existir, se cuenta con varios grupos y movimientos: Renovación Carismática, un Grupo de Biblia, el Movimiento Familiar Cristiano y los fines de semana se da catequesis a más de 800 niños del centro del fraccionamiento, y aparte otros centros alternos, donde hay de 300 a 400 infantes.

    En Valle Dorado lo que se busca es que la Iglesia se sienta siempre integrada y que todos se sientan amados por Dios, por ello se cuenta con un dispensario médico y se apoya a un centro de salud que no tienen medicamentos y a veces ni médicos, mientras que en el Templo se cuenta con médicos y enfermeras voluntarias.

    Pese a ser una comunidad relativamente nueva, Valle Dorado cuenta ya con un coro integrado por 30 niños y jóvenes que anima las misas solemnes, y han alcanzado buen nivel. 

     

    Escrito por: Eugenio Ortiz Carreño

    Las fiestas patronales

    Las fiestas patronales de la comunidad son preparadas por todos los fieles que, con su conocimiento, sencillez, humildad y fe, se disponen a hacer alegorías y peregrinaciones de sectores, grupos, autoridades, comunidades del decanato que en esos días nos acompañan y algunas empresas que ya se integran, así como cotos y otros fraccionamientos. 

    La música, sus eventos culturales y artísticos, las luces pirotécnicas, entre otros, hacen más grata y alegre la convivencia, dando un impulso y sentido a la vida social que ya el pueblo ordinariamente tiene: grupos de superación personal, atención y motivación a la tercera edad, deportes, fisiculturismo, convivencias vecinales, danza y artes.

    Se agradece a todas las personas que siguen colaborando en el desarrollo parroquial, en lo espiritual, en la formación de valores, así como en lo económico. Es de grande valor para la comunidad, para los visitantes, los sacerdotes y las comunidades religiosas que apoyan en este plan pastoral.

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