Nos acercamos al final del sexenio de AMLO, y las preguntas sobre la sucesión comienzan a surgir. ¿Qué sigue?, ¿Quién sigue?, ¿Qué va a pasar? Nadie sabe. Yo opino lo siguiente.


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    Las elecciones de 2023

    Las elecciones de 2023 se desarrollaron como la mayoría de los analistas y las encuestas esperaban: el PRI perdió el Estado de México (Edomex) y se mantuvo en Coahuila; sin embargo, antes de pensar que esto es algo parecido a una victoria para la oposición debemos tomar muchas cosas en consideración. 

    El Edomex jamás había sido gobernado por otro partido diferente del PRI, y que MORENA se lo haya arrebatado ha arrinconado al PRI a convertirse en un partido cuasi marginal sin mucho poder de negociación en la mesa de la alianza anti-MORENA. 

    MORENA logró lo que por años el PAN no pudo: acabar con el PRI. La pérdida del Edomex, el Estado mas densamente poblado del país, implica que el PRI sólo gobierna sobre una pequeña parte de la población, por lo que su capacidad de movilización se reduce fuertemente a nivel nacional, y esto le quita poder político. 

    Hoy, MORENA controla 21 de 32 Estados de la República, lo cual le da un enorme poder de convocatoria y mucho acceso a recursos públicos (no necesariamente legales) para financiar las campañas políticas del 2024. 

    En el estado actual de las cosas, la victoria en el Edomex es motivo de celebración para el partido en el poder, pues ahora ya controlan la piedra angular de votantes de la República, lo cual es indudablemente una ventaja más.

    El caso Coahuila

    El caso de Coahuila no fue una victoria de la oposición, sino que más bien fue un caso de descoordinación política entre aliados internos y externos de MORENA, lo cual fortaleció de antemano al PRI local, el cual con el mínimo esfuerzo ganó cómodamente la elección con el voto dividido de morena, el PT y el PVEM. Esto significa que casi casi la victoria del PRI en ese Estado es resultado de las pugnas internas, no del amor de la ciudadanía por algo distinto a MORENA, lo cual definitivamente no son buenas noticias, y pudiera ser un reflejo de lo que podría llegar a suceder a nivel nacional, sólo que, al revés, dado que la oposición no tiene un plan definido, ni una propuesta qué ofrecer, la gran capacidad de organización de MORENA puede arrasar con todo en 2024. Ahora, no creo que eso sea lo que necesariamente vaya a suceder.

    La elección presidencial del 2024

    En estos días MORENA definirá a su candidato (a) a la Presidencia, el cual seguramente en mi opinión ganará la elección. ¿Por qué? Muy sencillo. La popularidad agregada de AMLO aun es sumamente poderosa en todo el país, y el sucesor de éste, sin lugar a duda se beneficiará de esta marca positiva, por lo que la elección está casi cantada. Además, el control territorial de MORENA es tan amplio (21 Estados) que el candidato a la presidencia de este partido ya cuenta con una ventaja tácita, no explicita, sobre los demás partidos. La presidencia, para bien o para mal, será de MORENA.

    El papel de la oposición será el de escoger a un candidato que tenga un perfil de contrapeso para cualquiera que sea el abanderado de MORENA, para así contrarrestar algo del empuje del candidato personalmente. Ahora bien, una cosa es contrarrestar popularidad personal del candidato, otra es poder contrarrestar a AMLO, lo cual dado el presente contexto es bastante difícil. Ahora, no todo está perdido para la oposición. Ésta necesita un candidato carismático y unificador para que la gente que está cansada de MORENA en lo particular sienta que está representada, y opte por votar en vez de caer en el abstencionismo. La oposición necesita a alguien que motive a salir a votar por algo diferente, y que no provoque una reacción similar a: “son los mismos de siempre, para qué votar”. El candidato de la oposición debería esperar en el mejor de los casos a reducir fuertemente el margen de victoria del candidato morenista. Ése es el verdadero reto de la oposición, y en mi opinión, no es nada sencillo.

    La oportunidad de la oposición en 2024

    Si bien opino que es muy difícil ganar la presidencia, la oposición tiene una oportunidad buena de asegurar un contrapeso fuerte a quien quiera que quede de presidente por parte de MORENA: impedir la mayoría calificada en ambas cámaras. La mayoría calificada en las cámaras (arriba del 66% de los legisladores de un solo partido) permitiría al gobierno hacer cambios constitucionales fuertes, afectando a la Suprema Corte, el INE, el INAI, el Banco de México… en fin, todos los organismos constitucionales y poderes de la unión que le han hecho contrapeso al presidente a lo largo del sexenio y que tantos ataques han recibido en las mañaneras. 

    Si MORENA y sus aliados ganaran la mayoría calificada en ambas cámaras, entonces el orden constitucional estaría en verdadero peligro de desaparecer, es decir, que inclusive la reelección de AMLO sería posible, junto con muchas cosas bastante indeseables del estilo de lo sucedido con Venezuela. No es por sonar alarmista, pero la radicalidad de algunas decisiones de este gobierno me dejan consternado sobre lo que pudieran hacer con poder absoluto real.


    En síntesis

    El resultado de las recientes elecciones no es una sorpresa para analistas y expertos, y reflejan la gran capacidad de organización de MORENA. El aumento de control territorial, casi por voto duro y por la popularidad individual de AMLO transmisible al candidato de MORENA, casi garantizan la victoria sobre la presidencia en 2024. Espero que el margen de victoria del candidato de MORENA sea menor en 2024 que en 2018, traduciéndose en un congreso más dividido, sin mayoría calificada que obligue al nuevo presidente a negociar y proteja al orden constitucional de los decretazos del nuevo presidente. 

    El candidato de la oposición (aun sabiendo que no ganará) deberá ser carismático y popular para atacar el margen de victoria del candidato de MORENA y así fortalecer a la oposición en el congreso dándole más relevancia y contrapeso en las futuras decisiones en México.

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