1.- ¿Por qué el Papa convocó a una reunión para tratar el tema de abuso de menores y qué significa para la Iglesia? 

El año pasado el Papa tomó la decisión de convocar a esta reunión porque, tristemente, algunos sacerdotes y religiosos han abusado de menores. Las estadísticas no muestran números alarmantes, sin embargo, el Papa sabe que no podemos cerrar los ojos ante esta realidad y, sobre todo, hay que buscar las soluciones para que estos delitos “jamás se vuelvan a repetir”. Este encuentro fue el primero en donde la Iglesia trata este problema a nivel global. Antes de esta primera cumbre, el Papa Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI y sobre todo el Papa Francisco se han encontrado con algunas víctimas y han manifestado rotundamente que “en la Iglesia no hay lugar para los que abusan de los menores”. 


2.- ¿Quiénes participaron en esta cumbre?

El encuentro se realizó del 21 al 24 de febrero de este 2019 y participaron en él: víctimas de abuso clerical, los 114 Obispos Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, 14 líderes de Iglesias Orientales, 15 Obispos invitados por el Papa, 12 religiosos y 10 religiosas; así mismo asistió un grupo de especialistas, organizadores y gente que trabaja en otros organismos del Vaticano. El número total fue alrededor de 190 personas.


3.-¿Cuáles fueron los temas analizados?

La cumbre analizó 3 temas principales: la responsabilidad de los obispos, la rendición de cuentas ante la sociedad y las autoridades civiles y la transparencia en la información sobre estos casos. Sin embargo se habló de muchos temas que el Papa Francisco sintetizó en 8 puntos: 1) Acoger y escuchar a las víctimas, 2) Hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes y nunca encubrir o subestimar ningún caso, 3) Transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este problema, 4) Poner mayor atención en la selección y la formación de los candidatos al sacerdocio, 5) Reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales, 6)  Acompañar a las personas abusadas, 7) Implementar mecanismos para mejorar la protección de los menores en redes sociales en la Iglesia y 8) Apoyar proyectos de reinserción para las víctimas de turismo sexual.

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      4.- ¿Cuáles son los acuerdos que hemos de esperar en breve de parte del Vaticano? 

      1. El Papa Francisco hará un documento de carácter doctrinal y obligatorio para toda la Iglesia para prevenir los casos de abuso de menores y adultos vulnerables. 
      2. La Santa Sede ha elaborado un Vademecum o manual para Obispos, para que sepan cuáles son los pasos concretos que deben seguir en los casos de abuso. 
      3. La Santa Sede elaborará leyes y “protocolos” o “guías” para tratar los casos tanto a nivel civil como canónico (eclesial).
      4. Se podrán a disposición grupos de expertos que ayudarán a la formación de las Comisiones Diocesanas de protección de menores en todo el mundo, y especialmente en las Diócesis más pequeñas y que no tienen tanto personal o recursos disponibles. 

      5.- ¿Cuáles son los compromisos asumidos por la Conferencia de los Obispos Mexicanos? 

      El pasado 5 de marzo de 2019 la Conferencia Episcopal Mexicana dio a conocer el documento llamado: las “Líneas de acción para la protección de menores”, que consta de 5 objetivos concretos: 

      1. Diagnóstico. 

      Es la primera fase, donde hay que conocer bien y transparentar el problema del abuso sexual infantil por parte de clérigos y agentes de pastoral en México. Se deberán analizar los 21 puntos propuestos por el Papa al inicio del encuentro de protección de menores en Roma, así como las 8 indicaciones dadas por el Pontífice al acabar el mismo, entre otros documentos. 

      1. Prevención. 

      Este aspecto buscará implementar protocolos (o guías) que garanticen la seguridad de los menores en todos los ambientes de la Diócesis. Además, se debe buscar la capacitación de clérigos y laicos en psicología, en leyes civiles y canónicas que ayuden a una mejor atención en este tipo de casos. Se cuidará, también, la selección y formación de los seminaristas. La Conferencia Episcopal hará obligatorio el uso de las Líneas Guía para tratar los casos de abuso de menores y adultos vulnerables, ayudará para que cada Diócesis cuente con su propia Comisión de protección de menores entre los años 2019-2020. Se darán a conocer “los protocolos” a todos los sacerdotes y los agentes de pastoral. Finalmente, se organizará en 2019 (o inicios 2020), la 1ª Asamblea Nacional de personal responsable a nivel diocesano de la protección de menores, con la participación de expertos laicos.

      1. Justicia y respuesta. 

      Los Obispos se comprometerán a ajustarse a la legislación civil y canónica en todos los casos de abuso sexual de menores, de los que se tenga o que se llegue a tener registro, a fin de que los probables responsables sean procesados y se repare el daño causado. Nunca se deberá encubrir los abusos. Se debe reforzar el Equipo Nacional de Protección de Menores con especialistas en Derecho Canónico y en diversas ciencias, además de laicos expertos y las dimensiones episcopales de clero y seminarios. Se incorporará en el Sitio web de la CEM los sitios de la Comisiones Diocesanas de Protección de menores. Se establecerán centros de escucha para las presuntas víctimas. Se propiciará el trabajo en conjunto con las Congregaciones de religiosos y religiosas y todas sus instituciones. 

      1. Apoyo a los víctimas. 

      Se tendrá siempre presente que “la víctima es primero”, por lo que es esencial escucharla, comprenderla, acompañarla y comprometernos en su proceso de sanación, promoviendo que en las diócesis se lleven a cabo los procesos de denuncia civil, ofreciendo toda la cooperación eclesial para colaborar con la autoridad ministerial. Los obispos y sus equipos mantendrán el contacto con las víctimas y tomaremos muy en cuenta sus recomendaciones en nuestros equipos de prevención y protección de menores. Se atenderá el cuidado pastoral de las comunidades heridas por los abusos, así como itinerarios penitenciales y de atención para los culpables, su entorno y su necesidad de rehabilitación y redención.

      1. Promover el respeto por la Ley. 

      Al promover la denuncia ante las autoridades civiles se debe tener en cuenta que es responsabilidad de todos cuidar los espacios eclesiales, e incluso ayudar a nuestros sacerdotes a no entrar o vivir en pánico, sino seguros, para que puedan cumplir adecuada y plenamente su ministerio. 

      Para buscar la transparencia en esta situación se ha encomendado al Equipo Nacional de Protección de Menores la revisión de cada uno de los casos, haciendo que esta transparencia no dañe la identidad de las víctimas, y al mismo tiempo no viole el debido proceso y los derechos humanos de los probables responsables.