Todos los mexicanos nos sentimos unidos al celebrar la fiesta de Nuestra Madre Santísima de Guadalupe el 12 de diciembre.


Virgen de Guadalupe

    La Virgen se apareció a Juan Diego

    Los Obispos, en el Proyecto Global de Pastoral (PGP) hemos señalado la importancia del acontecimiento guadalupano para la identidad y vida de nuestra patria (nn.151-164).

    La Virgen María se apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en medio de luces, flores y cantos; lo llama con palabras de ternura: Juanito, Juan Dieguito… yo soy la siempre virgen María, madre del verdaderísimo Dios por quien se vive, quiero que vayas ante el Obispo y le manifiestes mi deseo: “mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada. En donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto. Lo daré a las gentes, en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación (Nican Mopohua).

    María, llena de ternura, nos muestra el rostro amoroso de Dios. Tiene un corazón compasivo como el de Dios. Ante la preocupación que tuvo Juan Diego ante la enfermedad de su tío Juan Bernardino, la Virgen le dice con ternura: “que no se turbe tu rostro, tu corazón; no temas esta enfermedad, ni ninguna otra cosa punzante, aflictiva. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”.

    Imagen del Proyecto Global de Pastoral de los Obispos de México

      Una enseñanza de dignidad humana

      La Virgen María nos enseña la grandeza de la dignidad del ser humano, cualquiera que sea su condición social, y en la persona de Juan Diego María exalta la dignidad de los pobres.

      En el rostro mestizo de la Virgen de Guadalupe vemos la unidad de todos los mexicanos, vemos la propuesta de un mensaje de comunión, de perdón, de reconciliación, de fraternidad.

      María de Guadalupe quiere una casita sagrada, signo de unidad y fraternidad, un lugar donde nadie se sienta extraño; un lugar de encuentro, convivencia y cercanía con los seres queridos.

      Construyamos todos esta casita sagrada. Esta casita sagrada es nuestra familia, nuestro barrio, nuestra comunidad, nuestra patria mexicana; donde todos nos veamos como hermanos, donde la dignidad del ser humano sea valorada, donde habite el amor, la paz, la justicia, la unidad.

      Obispo de Tepic - Luis Artemio Flores Calzada

        Otro México es posible si todos los mexicanos nos unimos y vivimos la fraternidad, la unidad y la solidaridad bajo la mirada amorosa de nuestra madre santísima de Guadalupe.

        +Luis Artemio Flores Calzada

        VIII Obispo de Tepic.