Después de celebrar el Año Jubilar por los 375 años de la renovación milagrosa de la imagen de nuestra Señora del Rosario de Talpa, patrona de nuestra Diócesis de Tepic, nos preguntamos: ¿Cuál será nuestro compromiso para ser verdaderos cristianos, hijos de la Virgen María? La respuesta es: nuestro compromiso es honrar a nuestra Madre e imitarla en sus virtudes. 


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    virgen de talpa en un altar

      + Luis Artemio Flores Calzada

      VIII Obispo de Tepic.

      María, modelo de humildad y de obediencia 

      Después de conocer el proyecto de Dios, donde la eligió  para ser la madre de su Hijo, María exclamó: “he aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu Palabra” (Lc. 1, 38).  A la desobediencia de Eva, portadora de muerte, respondió la obediencia de María, portadora de vida. Tú también, querido lector, al conocer el proyecto que Dios tiene sobre ti, ¿estarías dispuesto a decir como la Virgen María: he aquí a tu siervo, hágase en mí según tu Palabra, y convertirte en portador de vida, no de muerte?

      María, modelo de Fe

      Cuando la Virgen María visitó a su prima que estaba encinta, Isabel exclamó: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre… Dichosa tú que has creído, porque se cumplirán las cosas que te fueron dichas de parte del Señor” (Lc. 1, 42-45). La fe es total confianza en Dios y en su Palabra, que es verdadera y no falla. ¿Tu fe es como la de la Virgen María? ¿Confías en Dios y en su Palabra?

      María, modelo de Oración y Alabanza

      Después de escuchar a su prima Isabel, la virgen María alabó al Señor con el hermoso cántico del “Magníficat”: “Proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava…”.  También María está con los Apóstoles en oración, implorando la venida del Espíritu Santo: “Perseveraban unánimes en la oración con María, la madre de Jesús, y con los parientes de éste”  (Hech. 1,14) ¿Alabas al Señor por todos los beneficios que recibes de Él? Y como María, ¿imploras la venida del Espíritu Santo?

      María llena de Fe, de Esperanza y de  Amor. 

      Ella intercede ante su Hijo en las bodas de Caná, donde realiza su primer milagro convirtiendo el agua en vino (Cfr. Jn. 2, 1-12); es dichosa porque escucha la Palabra y la pone en práctica; ve morir a su Hijo, pero tiene esperanza de que resucitará. Su corazón siempre estuvo lleno de amor a su Hijo Jesús, a José su esposo y a los discípulos de su Hijo.  ¿Te gustaría imitar a la Virgen María en su fe, esperanza y amor?

      La Virgen María fue llena de gracia, limpia, inmaculada, inmune de toda mancha de culpa original, y al final de su vida fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Tú también, por tu bautismo, estás limpio de pecado; consérvate sin mancha de pecado y participarás de la gloria celestial.