La parroquia de la Inmaculada Concepción –en el municipio de Rosamorada, Nayarit– recibió a monseñor Luis Artemio Flores Calzada en su Visita Pastoral del 23 al 27 del pasado mes de enero. Con colores y mucha alegría dio comienzo esta visita con la celebración Eucarística.

Desde el primer día, el entusiasmo de los habitantes se hizo notar. Las porras, los cantos, los globos y las risas fueron el principal adorno de las calles, y el anuncio de que el Pastor de esta Iglesia Particular los visitaba. 

Minitas fue la primera comunidad visitada. Con pocos habitantes, pero con la notable presencia de los niños, madres y padres de familia, y hasta los maestros del lugar compartieron los alimentos y donaron tiempo para que los enfermos recibieran también la bendición del Obispo. En seguida fue visitado el hospital de Rosamorada, donde los médicos, enfermeros, la Pastoral de la Salud y los enfermos esperaban también con esperanza la llegaba de Monseñor. 

    Sr. Obispo con fieles de Rosa Morada, Nay. – 2019

    En un encuentro con los trabajadores de la salud fue colocada la imagen de Santa María de Guadalupe, para aquellos que libremente supliquen su intercesión. 

    El encuentro con los que comienzan la vida causó gran alegría, y con los que padecen la enfermedad, esperanza. Este día también fueron visitadas las comunidades de San Miguelito, donde el obispo de Tepic bendijo sus aguas, fuente de trabajo de los habitantes, y la comunidad de Llano del Tigre, donde celebró la Eucaristía.

    El viernes 25 de enero –el segundo día de la visita– desde temprana hora la comunidad asistió a rezar Laudes en la cabecera parroquial, partiendo después a la Prisión Municipal para tener un encuentro con las autoridades encargadas del orden, donde Monseñor exhortó a los trabajadores a buscar la justicia, la paz y el perdón. 

    Después fueron visitadas las comunidades de Bonita –una localidad pequeña pero que se ha caracterizado por el talento de una joven cantante con tan sólo 13 años de edad– y Providencia, comunidad donde resaltó la presencia hombres, mujeres y jóvenes, es decir, la familia. Finalmente, la Eucaristía fue celebrada en la comunidad de Zomatlán, quienes vestidos de blanco y con un gran Rosario portado por los niños, mostraron su entrega a María y a su fe.

    El sábado 26 de enero el Obispo llegó a la comunidad de Amapa, donde los habitantes ofrecieron palabras de bienvenida y compartieron la historia del lugar. 

    A pocos minutos se encontraba la comunidad de Francisco Villa, quienes recibieron con danzas y alegría al Obispo de Tepic; comunidad que vive de la pesca y que actualmente se ha visto azotada por la escasez y baja pesca; por ello fue bendecida la laguna, con la confianza de que Dios provee siempre lo necesario. 

    Sucedió igual en la comunidad de Pescadero, donde además sobresale de forma especial la participación de los hombres, no sólo en el trabajo, sino en la práctica de la fe. 

    El domingo 27 de enero –último día de esta visita– fue conferido el Sacramento de la Unción de los Enfermos, donde además el Obispo recordó el valor y la riqueza que ofrecen los adultos mayores, no sólo para la Iglesia, sino también para la familia y la sociedad. 

    Después, durante la mañana, asistieron los niños y jóvenes, quienes en un encuentro más cercano pudieron presentar sus inquietudes, y a la vez escuchar el mensaje de Jesús, que invita a encontrar el sentido de la vida en su Palabra y en su Cuerpo y en su Sangre. 

    Los ejidatarios, autoridades municipales y miembros de la comunidad Alcohólicos Anónimos, tuvieron un tiempo especial de encuentro con el sucesor de los apóstoles y pastor de la Diócesis de Tepic. 

    Finalmente, la Visita Pastoral tuvo cierre en la comunidad de Paramita, con la celebración eucarística y una convivencia organizada por los habitantes.

      Jóvenes con Sr. Obispo de Tepic – 2019

      Fueron en total 10 comunidades visitadas, además de la cabecera parroquial. Cinco días llenos de esperanza y de encuentro con el hermano y una Visita Pastoral donde, sin excepción, los fieles demostraron la belleza de vivir la fe e hicieron vida las palabras de Jesús en el Evangelio: “Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo” (Mateo 5, 12)