Alfredo Arnold

El autor es LAE, diplomado en Filosofía y periodista de vasta experiencia. 

Es académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara. 

Las relaciones diplomáticas de México con Rusia datan del Segundo Imperio, cuando Maximiliano nombró embajador de México en San Petersburgo a Francisco Serapio Mora, en 1864. 

Pero la relación fue efímera, ya que duró solo dos años, pues se rompió con el triunfo de la República Restaurada. Las relaciones oficiales se reanudaron en 1890, se abrió la primera oficina consular y Pedro Rincón Gallardo fue nombrado embajador. 

guerra-afecta-rusia-la-senda-01

    Durante la Revolución –la mexicana y la rusa–, las relaciones entre las dos naciones se redujeron a su mínima expresión, pero volvieron a reanudarse en 1924, esta vez con la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). México fue el primer país de América en reconocer a la URSS, aunque las diferencias ideológicas rompieron nuevamente las relaciones en 1930. 

    Doce años después se volvieron a reanudar, pero fue hasta 1968 que se consolidaron, cuando el canciller Antonio Carrillo Flores visitó la URSS. Posteriormente, los presidentes Echeverría y López Portillo visitaron la Unión Soviética y Nikita Krushchev vino a México. 

    En 1991 se disolvió la URSS y México mantuvo las relaciones diplomáticas con Rusia. En 2004 vino Vladimir Putin y al siguiente año Vicente Fox devolvió la cortesía. Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto también visitaron Rusia, y Putin volvió a venir en 2012. 

    Ahora, frente al conflicto entre las dos naciones de Europa del Este, el Gobierno de México ha declarado su neutralidad, sin sumarse a la aplicación de sanciones contra el invasor ruso a pesar de que la mayoría de las naciones occidentales y, sobre todo, Estados Unidos, ya lo hicieron. 

    México argumenta que su política es de no intervención, aunque tal política no se tomó en cuenta al poner al Escuadrón 201 en la Segunda Guerra Mundial al servicio de los aliados. 


    ¿Cómo afecta la guerra entre Rusia y Ucrania a México?

    Mientras nuestro país mantenga una posición neutral, la guerra no le afecta directamente, aunque los efectos derivados del boicot económico afectarán la economía de Estados Unidos y, por extensión, a México. 

    El aumento de los precios del petróleo favorecería a México si tuviera un ritmo de producción importante, superior a tres millones de barriles diarios, pero no es así; con trabajos llega a poco más de un millón, y el gobierno actual ha declarado su intención de no exportar petróleo. 

    guerra-afecta-rusia-la-senda-03

      En cambio, el aumento al precio de la gasolina sí perjudica, porque se importa en grandes cantidades. El gobierno ha tenido que aumentar los subsidios para evitar gasolinazos; de alguna partida del presupuesto saldrán los recursos que deje de recibir la Secretaría de Hacienda. 

      En cuanto a comercio bilateral, la relación con Rusia es muy pequeña, y con Ucrania sólo marginal. Y con ambos países tenemos una balanza deficitaria. Con Rusia, importamos 2,251 millones de dólares, y exportamos sólo 499 mdd; con Ucrania importamos 302 mdd y exportamos 38 mdd. Nada comparable con la relación comercial México-Estados Unidos y México-España. Sin embargo, de Rusia se importa una gran cantidad de fertilizantes, que en caso de que comiencen a escasear por el embargo, podrían complementarse con China, Indonesia o Chile. 

      El gran problema para los mexicanos en estos momentos es la inflación, y ésta sí se puede desbocar por los efectos globales de la guerra. 

      guerra-afecta-rusia-la-senda-02
        El turismo es una actividad que sí se vería afectada en México, ya que para este 2022 se estima que llegarían unos 78 mil visitantes rusos a Cancún y se inauguraría una ruta de Aeroflot entre Rusia, Cancún y Ciudad de México. 

        A México no le afectan económicamente las guerras en el exterior, mientras que no se trate de Estados Unidos. Pero la economía no lo es todo cuando se pierden tantas vidas. 

        El gobierno mexicano se mantiene neutral, no ha levantado la mano para ofrecer asilo a los refugiados, aunque sí envía mensajes que no molestan a Rusia, como la condena del presidente López Obrador al Parlamento Europeo y el viaje anunciado por el Ejecutivo para el mes de mayo a Centroamérica y Cuba.