Llega una vez más el 16 de septiembre. Y en México nos preparamos para el macro festejo: el circo, el bombo y platillo, el pozole, el desfile militar y el sentimiento de orgullo nacional tradicionalmente nos embarga en las fechas del nacimiento de nuestra patria.
Fechas que provocan la reflexión
Siendo México un país de constantes claro-oscuros, estas fechas son de mucha reflexión.
El dilema constante de tomar estas fechas como una época de alegría o de profunda reflexión está siempre presente cuando se me pide expresar mi opinión de nuestro bello país en esta temporada.
La verdad es que, en aras de mantener el optimismo y no abrazarnos a la desesperanza, yo siempre opto por apelar a lo positivo de nuestro país: las victorias, los logros de nuestra gente y los valores tradicionales que nos hacen identificarnos como orgullosamente mexicanos.
Pero la situación actual de nuestro país, su rumbo y dirección, me forzan a tomar el enfoque realista y crítico sobre nuestra sociedad y sobre nuestro gobierno en las fechas en las que se conmemora el nacimiento de nuestra patria.
¿Qué significa la Independencia?
Independencia significa libertad, significa autodeterminación, significa una ciudadanía consciente de su papel en su país.
La independencia conlleva derechos ciudadanos como la salud, el bienestar, la seguridad, la libertad política y el tener un gobierno que, electo por sus ciudadanos, pueda mantener esa Independencia y pueda seguir proveyendo a sus ciudadanos de sus derechos fundamentales.
En el pasado de nuestra nación, las amenazas contra nuestra independencia siempre vinieron de afuera, de las grandes potencias que ansiaban nuestro territorio y que en múltiples ocasiones nos invadieron para tomar lo que era nuestro. En esas épocas, el correcto actuar era muy claro, y el enemigo perfectamente visible, por lo que la ciudadanía no dudó jamás en hacer lo necesario para mantener nuestra independencia.
Hoy, el peligro contra la independencia de México no viene de afuera, sino de adentro. Hablo de la independencia del país de los intereses ajenos, de las mentiras de los poderosos y de los abusos del narcotráfico. Independencia de la inseguridad que nos azota y compromete nuestro bienestar.
Independencia económica que nos permita autodeterminarnos en un futuro mejor.
Hoy, el enemigo más fuerte contra la independencia es la ignorancia ciudadana, es el fanatismo político y el abandono del criterio a la sencillez que implica creer en la mentira por no estar en la constante búsqueda de la verdad.
¿Tiene México algo qué celebrar?
Hoy México no tiene nada qué celebrar, pues su independencia está más en peligro que nunca. El pueblo de México ha entregado su independencia intelectual y social a un gobierno que le ha mentido a su gente, que la ha manipulado y ha actuado falsamente en su nombre para perjudicarla más.
Vivimos en una época en la que dejamos en manos de un falso mesías el futuro de nuestra tranquilidad y el bienestar de nuestros hijos.
Renunciamos a nuestra independencia ciudadana por creer en un orador que nos hizo creer que sabía qué era lo mejor para nosotros.
Hoy México está en un camino que no nos llevará a mejorar, sino que nos hará retroceder en el avance institucional que por muchos años muchos mexicanos han luchado por consolidar. No son noticias nuevas, pero los problemas en México crecen y se acumulan.
La muerte a la verdad: muerte a la independencia
Este año ha sido el más mortífero para los periodistas en toda la historia de México. Van decenas de periodistas asesinados en las comunidades y pequeñas y grandes ciudades alrededor del país. Periodistas incómodos para los que están en el poder y para los que creen que por pertenecer a un cártel de narcotráfico son dueños del país.
¿Y cómo la verdad periodística y la seguridad de los valientes periodistas no va a estar en riesgo, si desde la cúpula del poder, el mismo primer mandatario se encarga de exponer la información privada de los mismos? Por supuesto que el crimen ve la puerta abierta para acallar la verdad si desde el poder el mismo presidente amedrenta a sus opositores mediáticos. La muerte a la verdad implica la muerte a la independencia, pues vivir en la mentira nos priva de tener una visión clara de la realidad para tomar mejores decisiones.
“Dar abrazos y no balazos” no ha funcionado
La violencia, la muerte, el crimen y el terror se esparcen por un país en donde el responsable de detener a los criminales les caravanea. El que los debe perseguir los deja en libertad, e inclusive se atreve a basarles la mano en visitas oficiales.
La inseguridad y la muerte amedrentan diariamente a los sectores más vulnerables de la sociedad, e inclusive a los que se encargan de proveer los servicios básicos a nuestra gente. La cantidad de estudiantes de medicina asesinados haciendo su servicio social en las comunidades más alejadas del país es alarmante y espeluznante. Que los criminales tomen la vida de aquellos cuya vocación primaria es servir a los demás a través de los servicios del cuidado de la salud es monstruoso. ¿Y qué ha hecho este gobierno?, minimizarlo, negarlo e incluso ignorarlo.
¿A dónde ha llegado la inseguridad en este país, que hasta sacerdotes asesinados hemos tenido? Ya ni la investidura más sagrada detiene a los criminales, pues saben que aquellos encargados de perseguirlos por sus delitos están en complicidad con sus fechorías.
Lo que está ocurriendo en México es la pérdida de la gobernabilidad del país en manos de la ineptitud. ¿Dónde esta la independencia del gobierno del crimen organizado? ¿Dónde se ve el mandato que tiene de protegernos? ¿Dónde podemos constatar que han hecho bien su trabajo?
Los extranjeros ya no confían en México
Desde el púlpito de la conferencia mañanera, el presidente podrá gritar a los cuatro vientos que lo que ha hecho por México es salvarlo, que las finanzas públicas del gobierno van excelentes y que los proyectos de desarrollo traerán bonanza; que lo que se oye de la inseguridad en el país es una campaña de sus enemigos por desprestigiar a su gobierno y que las cosas van excelentemente bien.
Pero el hecho de que la inversión salga del país se debe a que los extranjeros ven a través del velo populista y entienden que aunque en papel parezca que a México le está yendo bien, esto se está logrando por recortar gasto en seguridad social (desaparición del seguro popular, las estancias infantiles y los fideicomisos para el arte, la cultura y el deporte) y en la inversión de proyectos que no tienen futuro rentable para el país (el tren maya, El AIFA y la refinería dos bocas).
Los extranjeros ya no confían en México porque ven a un presidente al que no le importa la ley y está dispuesto a romperla si es para su conveniencia. Ven una situación de inseguridad insostenible, y ven un rumbo de retroceso en políticas públicas que a la larga va a perjudicar al país, y en consecuencia a sus inversiones, por eso sacan su dinero.
Es necesario recuperar nuestra independencia
La independencia de un país es su más sagrada condición, por lo que protegerla a toda costa debe ser el principal interés de sus ciudadanos.
Los mexicanos hemos olvidado las responsabilidades de lo que implica ser independientes, de lo que implica ser amos de nuestro destino, y de lo que implica exigirle a nuestro gobierno que respete nuestra voluntad.
Este gobierno ha secuestrado nuestra independencia como país ligando su destino a la voluntad de una figura totalitaria que se identifica como el salvador de México. Tan soberbio es el Ejecutivo que de manera grandilocuente identifica su gobierno como la “Cuarta transformación del país en su tiempo de vida independiente”.
Es necesario recuperar nuestra independencia. Es momento de que los mexicanos se unan y exijan. Exijan seguridad, bienestar y el correcto uso de sus impuestos. Exijan que se cumplan las promesas hechas y que haya un estricto apego a la ley. Es momento de evocar la frase de nuestro himno nacional: “mexicanos al grito de guerra”, y de manera figurativa prepararnos para la guerra que implica exigir.
Es necesario escribirle a las autoridades, salir a marchar, no quedarse callados, de brazos cruzados y esperando a que las cosas sucedan.
Exigir significa pensar, significa informarse, significa decir las cosas incómodas desde el hogar y hasta en público. Debemos pensar bien a quién le damos nuestra confianza, pues lo más importante es que debemos recordar que los gobernantes son nuestros empleados y su deber es salvaguardarnos y rendirnos cuentas.
Lo más importantes es nuestro bienestar, nuestra libertad y nuestra seguridad. La independencia del mexicano encarna estas tres cosas, y debemos recordar que mucha gente murió para darnos patria, libertad e independencia, y que lo mínimo que les debemos es saber mantenerla contra viento y marea.
Sugiero tomemos estas fechas patrias para reflexionar, entender y pasar a la acción de exigir lo que merecemos, lo que queremos ser y lo que debemos proteger.
Sabio era el padre Miguel Hidalgo cuando en Querétaro gritó: “Viva México, y muera el mal gobierno”, pues entendió que el paso para la verdadera independencia de la gente era derrocar a aquellos que comprometían su libertad.
