La fe que profesamos es cristológica y trinitaria, porque es en Cristo y por Cristo que se nos ha revelado el misterio Trinitario, y es con Él y en Él como podemos conocer y penetrar tan profundo y bello misterio que asimilamos y asumimos sin agotarlo.


El Hijo de Dios se hizo uno de nosotros

El Hijo de Dios, con su irrupción en la historia –es decir, en el tiempo y el espacio por su “encarnación”– ha asumido nuestra “carne”: se ha hecho semejante a nosotros en todo, menos en el pecado, y por eso decimos que nos ha salvado. 

Este misterio de la Encarnación del Hijo de Dios tiene su culmen en su muerte y resurrección. Precisamente este último aspecto del misterio es lo que pretendemos celebrar con gran júbilo en el año 2033, pues se cumplirían 2000 años del acontecimiento redentor en Cristo.


El acontecimiento Guadalupano

Procedente del acontecimiento redentor en Cristo, en el año 1531 Santa María Virgen y Madre evangeliza milagrosa y eficazmente a los pueblos prehispánicos –desde lo que ahora es el centro del territorio nacional– en la advocación de Guadalupe, con un lenguaje atractivo por su cercanía, sencillez, ternura y su simbología, que naturalmente se le puede relacionar con lo divino. Este acontecimiento, también Cristológico– se celebrará en su primer lustro el próximo año 2031.

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    Una sola celebración

    No son dos celebraciones las que se han de conmemorar, sino una sola, como una sola es la “historia de salvación”… Celebramos la única fe cristiana que desde el Antiguo Testamento se fue asomando gradualmente, es decir, se fue revelando dosificadamente en el Pueblo de Israel, desde los Patriarcas, Reyes y Profetas, inclusive desde los relatos de la creación. 

    De tal modo, que lo que sí estamos festejando con este itinerario que se desprende del PGP, son dos acontecimientos íntimamente relacionados, pero que el primero es originario del segundo. 

    Finalmente, la obra redentora de Cristo no es del pasado y nada más, sino que sigue vigente; nos ha redimido, sigue redimiéndonos si lo aceptamos en nuestra vida, y seguirá redimiéndonos hasta la segunda y definitiva venida del Señor.

    ¿Qué significa celebrar la fe?

    En el párrafo tercero de la introducción del PGP aparece lo siguiente: “Ante tan significativa celebración, con audacia profética y de modo crítico, con el Proyecto Global de Pastoral, los Obispos de México queremos ofrecer una luz que pueda ayudar a responder a estas preguntas fundamentales que nos interpelan: para los mexicanos ¿qué significa celebrar en la fe? Y ¿qué significa celebrar ahora, después de dos milenios de la Redención de Cristo y medio milenio del Acontecimiento Guadalupano?, siendo una comunidad de discípulos, testigos de la plenitud de vida y del consuelo que ofrece a todos el Hijo de Santa María de Guadalupe.”

    Dar respuesta a las anteriores interrogantes implica un examen de conciencia y una visión de futuro. Sabiendo que Dios desea que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, tengan vida, y vida en abundancia; vida digna para todos aquí y ahora.