Pensando en los jóvenes, pareciera  que estamos en una época de crisis cuando de trabajo y colaboración se trata. 

Es una realidad que la mayoría de nuestros jóvenes muestran una tendencia al “menor esfuerzo”. Ejemplos de ello es que ya no anotan tareas –porque en los grupos de chats alguno la sube– o el no querer traspasar a su cuaderno los puntos que el profesor anota en el pizarrón y optan por tomarle una fotografía. En casa, pocos padres logran que sus hijos colaboren con las tareas domésticas; en su mayoría, cuando enfrentan retos, se rinden a la primera y tratan de evitar trabajos que exijan un horario y actividades rutinarias que impliquen disciplina.

Escrito por: Cinthia Nuño Rodríguez


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    Vida fácil y divertida

    Lo cierto es que los jóvenes de hoy buscan estrategias y usan herramientas que les faciliten la vida; su creatividad e ingenio se desarrolla en función de hacer la vida más fácil y divertida. 

    Hoy por hoy, en el ámbito educativo, se ofertan cada vez más carreras profesionales novedosas que brindan a los jóvenes un abanico de oportunidades y flexibilidad en todas las áreas. Muchas de las ofertas de trabajo o estudio que ellos elegirían son completamente irracionales para los padres y pareciera que sólo se trata de vagancia; y es que como padres cuesta un poco asumir que ser asesor o gestor de redes sociales sea una carrera seria.


    Diferencia de contextos

    La mayoría de los que ahora somos padres de jóvenes hemos sido educados conforme a lo que convencionalmente entendemos por bueno: tener buenas notas, ser buenos hijos, ser correctos, respetuosos, etc. En muchas ocasiones asumimos que ser bien portados implica que los chicos piensen y actúen como nosotros lo hacíamos, aunque nuestros contextos sean diferentes. Muchas veces, además, esperamos que se interesen y esfuercen por lo que convencionalmente se considera adecuado o seguro. Es verdad que es de suma importancia educar con ciertos principios y valores que garanticen el bien del chico y el bien común, pero sería pertinente reflexionar acerca de si estamos promoviendo o no el desarrollo de los chicos en todos los sentidos ¿Permitimos que utilicen pensamiento propio o queremos que piensen y actúen como los adultos esperamos?


    Entre retos y amenazas

    Quizá si recordamos cómo es que se han podido lograr tantos inventos a lo largo de la historia y se ha conseguido resolver problemas gracias a esa capacidad de crear, de idear soluciones y de repensar las cosas desde distintas perspectivas, podríamos replantearnos la forma en que impedimos o favorecemos que las nuevas generaciones desarrollen su creatividad. 

    La realidad de los adolescentes la podemos ver como una amenaza o como todo un reto, ya que si bien es cierto que nuestros jóvenes se pueden ver inmersos en las redes sociales, la tecnología, la informalidad, lo práctico, lo fácil… si sabemos acompañarlos también pueden llegar a utilizar las herramientas tecnológicas como aliados para un óptimo desarrollo de labores. Si están orientados adecuadamente y logramos que busquen un equilibrio entre lo personal y lo profesional, podrán posicionarse en empresas o crearlas con espíritu creativo e innovador.

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      Algunas recomendaciones para considerar

      • Ten un espíritu abierto.
      • Piensa y reflexiona hacia dónde quieres dirigir tu vida y cuáles pasos o acciones necesitas seguir.
      • Dios te ha dado la libertad para que gozaras de lo bueno y bello de la vida; piensa en formas en que puedes hacerlo de manera responsable y cuidadosa.
      • Percibe el mundo de una manera ilimitada.
      • Dale prioridad a la innovación continua.
      • Ten un pensamiento fresco y actual; da un paso adelante, visualiza y preve.